Bases de la formación del psicoterapeuta grupal.
1.
LA
EXPERIENCIA PRACTICA EN GRUPOS PSICOTERAPEUTICOS.
Los objetivos de la conferencia son exponer en breve síntesis
como surgió este modelo de psicoterapia, concepciones que lo sustentan,
objetivos que persigue y procedimientos técnicos que utiliza. Metodológicamente
combina el enfoque de la psicología y dinámica de los grupos, con el de la
psicología general y de la personalidad.
Como modelo de psicoterapia aportó una experiencia en grupos
grandes interpretativa, no sólo del individuo, sino del grupo y de la familia,
la cual se incorpora al grupo según lo que demande la situación terapéutica de
sus miembros, De carácter intensivo diaria durante tres meses, ha demostrado la
posibilidad de hacer terapia profunda en grupos grandes con resultados
comparables a los reportados en la literatura en terapia con grupos pequeños,
pero facilitando el acceso a un número mayor de personas afectas de trastornos
neuróticos y de la personalidad. La experiencia iniciada en el año 1971 y
mantenida durante todos estos años funciona en hospitalización facial y ha sido
objeto de innumerables investigaciones de tesis de Diplomados en Psicología,
especialidad de psiquiatría y de dos doctorados de la autora, uno de ellos
realizados en la Universidad de Humboldt Alemania del 79 al 82.
2.
LA
FORMACION TEORICO TECNICA EN LAS DIVERSAS ORIENTACIONES TERAPEUTICAS GRUPALES.
La formación teórica-técnica ha de permitir conocer y tratar
el sufrimiento del sujeto, y los vínculos en los que está inserto. La teoría
psicoanalítica es imprescindible porque da cuenta del inconsciente, de que el
sujeto es un sujeto dividido. Por eso en nuestra práctica clínica priorizamos
la “escucha” de todo aquello que ha sido olvidado, reprimido, o rechazado, al
considerar que estas representaciones están en el origen de los síntomas que
aquejan a los pacientes. Por eso tratamos de observar, preguntar y señalar
aquellos aspectos que no son conscientes, ya que al ser desconocidos requieren
el análisis y la interpretación del profesional. Se trata de la escucha de lo
internalizado, del mundo intrapsíquico, del grupo interno familiar, o de la
latencia grupal en el grupo terapéutico. Dicho con otras palabras, el paciente
en su asociación libre o el grupo en su discusión flotante organiza un discurso
que ha de ser escuchado por el profesional. Y es a partir de esta “escucha”
como surge la interpretación, que es el principal instrumento del psiquiatra y
del psicólogo, y que tiene como objetivo develar lo que está más allá de los
síntomas.
3.
LA
SUPERVISION CLINICA DEL MATERIAL DE LOS GRUPOS TERAPEUTICOS.
Para muchos de nosotros, la referencia de lo que es una
supervisión, de su encuadre y funcionamiento, es la supervisión psicoanalítica
(2). Es la que hemos aprendido y es la que hemos realizado en gran parte de
nuestra formación.
Pero con el transcurrir de los años este modelo se ha ido
modificando. Las prácticas grupales se han extendido en muchos servicios
públicos de salud y socio comunitarios. Al mismo tiempo, y consecuentemente, el
trabajo en equipo se ha ido convirtiendo en algo muy necesario, aunque muy
difícil. El equipo va ocupando el lugar de instrumento de trabajo principal y
es en torno a ello que se suceden las actuales demandas de supervisión y
empezamos a ver cómo este modelo de supervisión muestra sus limitaciones ante
la complejidad de las situaciones que se presentaban a su orientación. Ese
modelo clínico individual va cediendo espacio a un modelo de supervisión más
grupal y psicosocial.
En este cambio de modelo de supervisión, la Concepción
Operativa de Grupo está realizando significativas aportaciones (10, 15, 16, 17,
19, 20 y 25). El trabajo de muchos años de estudio, investigación y desarrollo
de las teorías suscitadas por Pichon-Rivière empieza a dar sus frutos. Mucho de
lo que él nos enseñó y transmitió se pone en juego en gran parte de las
situaciones que se presentan a supervisión. Estoy pensando en temas tan
centrales como la importancia de visualizar al equipo en la relación con su
tarea, también la insistencia en que el aprendizaje y la terapia son asuntos
difíciles de separar y, sobre todo, la importancia de entender el caso o el
problema como un emergente de grupo y de comunidad (Teoría de los Ámbitos).
4.
LOS
GRUPOS DE REFLEXION INSTITUCIONAL.
El “Grupo de Reflexión”, es un dispositivo creado con la
propuesta de meditar acerca del proceso grupal, ansiedades, conflictos,
obstáculos, en la grupalidad misma, y en su atravesamiento institucional. Se
pretende considerar y hasta donde sea posible, dilucidar, descifrar, algunos de
los fenómenos inconscientes que circulan en los grupos, que en parte promueven
su rica producción, y en otra, pueden obstaculizar sus objetivos. Los
referentes teóricos que lo apoyan, son la teoría psicoanalítica, el análisis
institucional, las conceptualizaciones foucaultianas acerca del poder, las
castoridianas sobre el “Imaginario Social”, y desde luego los aportes actuales
de la lingüística. Está emparentado con los “Grupos Operativos”, los “Grupos de
Formación”, e incluso con los “Grupos Balint”. Reiterando, la distancia entre
unos y otros, se da básicamente en la estrategia; es decir en el encuadre, en
la participación de los coordinadores, y en lo específico o inespecífico de los
temas a trabajar. Lo que los relaciona, es básicamente los referentes teóricos
en que se sustentan. Se ha polemizado acerca del tema “Tarea”, de los Grupos
Operativos”, pues ha sido ampliado y sabemos que la “tarea inicial”, es el
motor de arranque de lo subsecuente, en ese caso, se puede pensar que todo
grupo trabaja alrededor de una “tarea”, aunque esta sea tan indeterminada, como
ser : “pensemos acerca del grupo”; donde se irá distinguiendo la “tarea
manifiesta” de la “tarea latente”.(Debo aclarar que este intento de
conceptualizar las características del Grupo de Reflexión es de la autora que
escribe este ensayo). El Grupo de Formación se aleja un tanto más, pues
realmente la propuesta es mucho más indeterminada, se propone “asociar
libremente”, y plantea una serie de “reglas” más cercanas al encuadre
psicoanalítico.
El “encuadre” del Grupo de Reflexión (las reglas que lo
organizan, el tiempo, el espacio, él o los coordinadores), debe dar la
contención necesaria para lograr un espacio de confianza, donde puedan
desplegarse los discursos singulares, plurales, y divergentes, de las múltiples
subjetividades y sus interrelaciones y donde los señalamientos o
interpretaciones, no sean tomados en niveles persecutorios, sino como temas a
pensar, siempre hipotéticos. No hay temas que se consideren “no pertinentes”;
idealmente debe confluir la demanda de los participantes, con el deseo del
coordinador de trabajar con y para el grupo. [5] Si surgen temas muy
personales, serán trabajados en el contexto grupal, y siempre como
representantes del “portavoz”, o el “porta-palabra”; eso será con todo el
“material” que surja en el grupo; los sueños, las metáforas; etc. En esto se
separa de los grupos terapéuticos, donde aun cuando la mayoría de las
interpretaciones sean dirigidas al grupo, se permite y se busca desanudar la
historia personal. Este encuadre deberá ser estable y rigurosamente respetado:
fijar el espacio, el tiempo de duración de la sesión (que generalmente podrá
ser de hora y media, o dos horas, salvo alguna propuesta de trabajar un tiempo
prolongado: la llamada “sesión larga”); establecer el tiempo de duración del
grupo y la secuencia (generalmente una vez a la semana). El número de
integrantes, preferentemente debería ser no más de 12, se puede trabajar, con
más integrantes, pero el grado de dificultad, aumenta. El grupo puede ser
coordinado por una persona, si tiene un largo recorrido teórico y experiencial,
sin embargo, sabemos que es de gran valía, trabajar en co-coordinación; en éste
caso, no tiene uno el rol de coordinador y el otro de observador, sus
intervenciones serán paralelas, cuando lo consideren pertinente. En esto se
separa del Grupo Operativo, (al menos el “clásico”), y del Grupo de Formación.
Es importante señalar, que se incluye en el trabajo grupal, las técnicas del Psicodrama
Psicoanalítico”. (Radosh, S. 2000).
5.
LAS
SESIONES CLINICAS EN EL EQUIPO.
El mundo sanitario las sesiones clínicas son una de las
principales fuentes de generación de conocimiento, porque son múltiples los
avances en los diagnósticos y tratamientos las enfermedades y por ello es muy
importante poner en común todo este conocimiento entre los profesionales.
Una forma de hacer la transmisión de esta información, es
mediante la realización de las llamadas sesiones clínicas, una herramienta
básica para el trabajo de los doctores y personal sanitario y, además, una de
las actividades más valoradas entre los profesionales.
En las sesiones clínicas se reúnen un grupo de médicos o de
médicos y otros profesionales sanitarios, que pueden pertenecer a la misma
especialidad o a varias, con el fin de intercambiar opiniones sobre temas
asistenciales con el objetivo de encontrar soluciones a diversos problemas.
Son de carácter periódico (habitualmente semanales) y se debe intentar que el ambiente sea distendido e “informal”, porque si queremos que sea efectivo sus miembros deben sentirse cómodos para actuar de forma espontánea. Se deben evitar los temas superfluos y se ha de mantener un ambiente de participación en el que todos se sientan motivados a contribuir.
6.
LAS
REUNIONES DE EQUIPO.
Las reuniones de equipo son fundamentales para el éxito
de cualquier organización o proyecto. Cuando las personas se reúnen para
trabajar en equipo, aportan distintas habilidades, experiencias y perspectivas.
Esto crea un entorno diverso y dinámico en el que se pueden compartir y mejorar ideas y soluciones.
Además, el trabajo en equipo
puede aumentar la productividad, ya que los
miembros del equipo pueden colaborar y delegarse tareas para hacer las tareas
de una manera más rápida y eficaz.
Por esto, para alcanzar los
objetivos y el éxito de la organización, es fundamental que un equipo de
trabajo tenga calidad.
7. EL ANALISIS PERSONAL.
El análisis personal se
conoce como el conjunto de herramientas utilizadas para estudiar la situación
actual del individuo de forma que sea posible detallar sus capacidades y qué
elementos fomentan o perjudican su desempeño. De forma tal, que sea posible conocer
sus características o las de su entorno y de esta forma apreciar todas las
variables que se deben considerar al momento de evaluar su rendimiento o de
tomar en cuenta herramientas para mejorar su productividad.
La forma más frecuente de
hacer un análisis personal es seguir con la técnica DAFO, matriz DOFA o análisis
DAFO por sus siglas “Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades”; este tipo de estudios
tiene como objetivo estudiar principalmente estos cuatro puntos. Sin embargo, a
nivel teórico puede resultar un poco complejo entenderlo, por ello a
continuación se explicará de manera un tanto más detallada en qué consiste.
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